viernes, 21 de agosto de 2015

Punto de cruz

Creo recordar que fue a los 9 años cuando hice mi primer trabajo de punto de cruz. Y quien me enseñó fue "doña Mari", una maestra que teníamos en la escuela y que nos daba clases de costura. Pero no de costura de la de corte y confección, que creo que me hubiese venido mejor, sino costura en punto de cruz.

En aquella época de colegio, como se me daba bastante bien, hice muchas cosas que aún tengo guardadas y que no he utilizado nunca. Ahora sólo hago este tipo de cosas, muy de vez en cuando, para hacer regalos.


Y en esas estaba, buscando en internet algo que me gustase para hacer un regalo, cuando a la princesa Zeta se le ocurrió que también quería aprender a hacer punto de cruz. Así que le dí un trozo de tela, aguja e hilo y se puso a ello. La pobre se creía que lo de hacer cruces era coser y cantar, nunca mejor dicho. Y se enfadaba mucho cuando las cruces no salían bien.Y es que en los trabajos manuales, la paciencia es la madre de la ciencia.

Como lo de hacer cruces en tela parece que no le gustó mucho, se pasó a hacer en una hoja de cuadros, una muestra que le había gustado. 

Por mi parte, tras elegir colores y diseños, me puse con la labor y la terminé en un periquete. El regalito fue entregado y parece que gustó mucho. Así que, pronto tendremos en la familia a dos nuevas princesas con sus dos nuevas capas de baño. ;)




viernes, 14 de agosto de 2015

La cebra soñadora

Esta es la historia de una cebra que soñaba ir a una carrera de caballos. Pero claro, con ese look carcelario, lo tenía bastante complicado. :)


lunes, 3 de agosto de 2015

Sustos de medianoche

Antes de ser madre y los primeros años de serlo, tenía un sueño muy ligero. Antes de ser madre y desde pequeña, me he despertado con una mosca que pasase volando a mi lado. Lo cual es un auténtico fastidio. Y cuando ya fui madre, me despertaba justo antes de que mis hijos pusiesen un pie en el suelo.

Afortunadamente tampoco me ha costado nunca dormirme. Yo me duermo según pongo la cabeza en la almohada. Que digo yo que para qué vas a esperar más, cuando se trata de dormir no hay que perder más tiempo.
Pero en los últimos años, las cosas han cambiado para bien. Para bien porque ya no me despierto tan fácilmente, que aunque una tenga facilidad para volver a dormirse, es un fastidio que te despierten cuando estás tan a gusto durmiendo.
Se ve que el cuerpo se adaptada después de estar sufriendo una tortura china durante dos años, justo los dos primeros años de vida del príncipe A. Ahora lo veo con perspectiva y, como siempre nos ocurre a las madres y si no se habría extinguido la especie, nos olvidamos del dolor sufrido. Quien dice del dolor dice de las noches en vela teniéndote que levantar cada hora porque tu hijo llora. Que el pobrecito no tenía culpa de nada pero qué alegría la noche que durmió del tirón. Así que ahora ya no me despierto tan fácilmente cuando alguno de los dos se levanta a medianoche para pedir algo. Ellos llegan sigilosamente a mi cama y yo no me entero hasta que veo una sombra aproximarse hacia mí y me llevo un susto de muerte. Más o menos el susto que se deben llevar los vecinos con mi chillido, porque una cosa no, pero cuando me asusto lo hago de verdad. Y más o menos como el que se lleva el que ha osado venir a despertar a la loca de su madre a esas horas.