Por diversos motivos hacía mucho tiempo que no íbamos al pueblo, a pesar de que han estado preguntando muchas veces que cuándo íbamos a ir a "su pueblo". Por eso ya temía que se nos iba a pasar la temporada de cerezas y nos íbamos a quedar con las ganas de probarlas este año.
Mi forma preferida de comerlas es directamente del árbol, pero eso trae consigo poco rendimiento a la hora de llenar la cesta. Y este año están especialmente buenas así que el príncipe A me ganaba por goleada, y eso que al pobre le asustan los bichos tanto como a mí.
Estos árboles además tienen un significado especial porque fueron plantados no hace mucho por toda la familia, desde abuelos a nietos y están dando muy buenos frutos.
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