Ayer llegaron a la familia dos nuevas princesas: la princesa Te y la princesa Ele. Menuda alegría mezclada con menudo susto cuando nos enteramos de que eran dos. Los que los hemos tenido de uno en uno sólo nos podemos imaginar la locura que puede ser criar a dos a la vez.
Pero lo mejor vino al saber que eran dos niñas. La princesa Zeta se puso especialmente contenta, que ve cómo va aumentando el número de primas frente al de primos.
Parece mentira que esos hermanos pequeños, a los que les has cambiado los pañales y les has dado biberones, ya tengan sus propios hijos. Y encima sean tan valientes de traerlos de dos en dos. ;)
Así es la vida, nos hacemos mayores por momentos. Dentro de nada estarán sentadas en la mesa grande y haciendo tonterías con el resto de los primos. Pero hasta entonces, a los padres les quedan unos agotadores primeros meses que hay que disfrutarlos a tope porque nunca volverán.
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