El príncipe A estaba la otra noche lloriqueando en su habitación porque había sido castigado:
-Yo también quiero ver los dibujos, como la princesa Zeta.
-Ya. Es que tú estás castigado. ¿No te acuerdas?
-No, ¿por qué?
-Pues porque has estado haciendo burla mientras los demás hablan y después de decirte que no lo hicieras, has seguido igual.
-No, ¡qué va, mamá! Lo has debido soñar.
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