Esa mañana nos habíamos levantado las primeras para ir a comprar el desayuno. Yendo hacia la panadería nos encontramos, esparcidas por la acera, un montón de castañas que parecían recién caídas de los árboles. La princesa Zeta empezó a recoger todas las que veía, pero se dio cuenta de que era misión imposible cuando ya no le cabían más en las manos. Entonces decidió llenar también mis bolsillos.
Así que al volver a casa, aprovechando que la prima "princesa Ygriega" quería ir al "carque", cogimos unas bolsas de plástico para ir a recoger más castañas. Creía recordar que en ese parque había muchos castaños. Lo cierto es que el parque estaba lleno de castañas aparentemente recién caídas.
Y vaya si recogieron castañas. El príncipe A tuvo que cargar a su padre con la bolsa que llevaba de lo que la había llenado.
Y ahora tenemos un montón de castañas en casa, con una pinta buenísima, que ni siquiera sé si son comestibles.
Algunas ya las hemos utilizado para hacer manualidades. Hemos cogido la castaña (iba a poner que hemos cogido una castaña, pero me sonaba mal), le hemos clavado unas patas de araña hechas con limpiapipas y le hemos pegado unos ojos. Creo que como decoración de Halloween nos va a venir genial.
Me gusta mucho tu idea, y todo lo que hay detrás para ser capaz de escribir de esta manera tan cariñosa
ResponderEliminarMuchas gracias, Eduardo.
EliminarA mi también me gusta mucho la idea. Y recoger castañas en esta época del año es tarea fácil! Guay por esa reunión de príncipes y princesas!
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