En noviembre estuvimos en el parque arqueológico de Carranque, aprovechando que celebraban un "día en familia".
Nos pareció un poco raro el tener que dejar el coche como a medio kilómetro del lugar de las actividades, que es donde estaba el parking. El recorrido hasta el parque incluía cruzar un río por un puente un poco resbaladizo con suelo de madera.
Pero la jornada resultó bastante entretenida. Además de visitar el yacimiento que consta de una villa romana, un palacio y un mausoleo, y donde pasamos bastante frío por el viento que hacía, también realizamos otras actividades.
Por un lado hicimos cerámica romana, concretamente un par de máscaras de teatro y una lucerna, que es una antigua lámpara romana. Ni qué decir tiene que a los niños les salió bastante mejor que a los adultos, resultado del gran empeño que le pusieron.
También participamos en un bingo romano que estuvo muy reñido y en el que nos quedamos a falta de un número, eso sí, romano, para cantar bingo. En fin, otra vez será.
Ese día no estaba previsto hacer mosaicos romanos, así que nos quedamos con las ganas. Esto seguro que también será otra vez.
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