Previendo el éxito que iban a tener la princesa Zeta y su padre con el cuento de la cebra, yo también me quise apuntar a hacer algo en la semana cultural del cole. Se trataba de hablar de la profesión de cada uno, y la verdad es que me apunté casi tarde, puede que con la esperanza de que no me eligieran. Pero no hubo suerte y sí, me eligieron. ;)
Menos mal que tuve pocos días de margen y había que ponerse a preparar algo, porque madre mía ¡que nervios!. Supongo que es la falta de costumbre, pero eso de hablar en público impone, sobretodo si son niños de 6 y 7 años que no sabes por dónde van a salir.
El profe nos había sugerido encaminar el tema hacia algo que les pudiera interesar y entretener y si era posible ir con uniforme o herramientas propias del trabajo. Como yo uniforme no llevo y las herramientas que yo uso las tienen más que vistas, se me ocurrió encaminar la cosa a la programación de videojuegos. Tal como os estáis imaginando, la combinación de niños y videojuegos fue ¡éxito total!
Niños o no, yo les quería preparar una presentación que empezaba así:
Aunque les enseñe cosas como estas:
También estuvimos programando el Minecraft, utilizando la página ww.code.org.
Aquí el príncipe A tenía ventaja porque de vez en cuando programa con su hermana, pero la verdad es que pillaban muy fácilmente las cosas que había que hacer para conseguir el objetivo.
Y como lo hicieron tan bien, todos se llevaron un carnet de programador, diseñado para la ocasión:
Que algunos niños te despidan con un abrazo es muy emocionante y que te llamen a través de la valla del colegio mientras te enseñan el carnet de programador, es lo más.
Esta ocasión me sirvió nuevamente para darme cuenta del trabajo que hacen los maestros y de por qué yo no escogí esa profesión. Llevar adelante una clase con tantos niños tiene todo el mérito del mundo y a veces no lo valoramos lo suficiente. ¡Bien por ellos!
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