En el parque natural de la Serranía de Cuenca se pueden hacer muchas cosas, pero sobretodo disfrutar de la naturaleza. Y encima está muy cerca de Cuenca capital.
Por ejemplo, podemos ir las pozas del río Júcar que están cerca de Villalba de la Sierra. Para ello hay que coger un desvío pasado el pueblo y recorrer un par de túneles andando. Está antes de llegar al Ventano del Diablo. El acceso no es muy fácil y con niños puede resultar algo peligroso. Lo de bañarte en las pozas es para personas bastante valientes, y no sólo por la temperatura del agua.
Estando allí, puedes ver a distintos grupos haciendo barranquismo. Para alguien con miedo a las alturas impresiona mucho verlos saltar a las pozas.
También se pueden hacer rutas bordeando la laguna de Uña (Laguña para el prícipe Eme). Nosotros escogimos la más corta, de unos 4 km., que justo bordea la laguna. Y menos mal porque hacía mucho calor. Pero queda pendiente hacer la ruta larga, de unos 8 km, que bordea la laguna por encima de las hoces. Las vistas deben ser espectaculares.
Pero sin duda lo que más nos gustó fue hacer descenso en piragua, unos 5,5 km por el río Júcar, cerca de Villalba de la Sierra.
Excepto para la princesa Zeta, que ya lo había hecho en el campamento, era la primera vez que hacíamos piragüismo. Yo me la pedí como compañera de piragua, por eso de que tenía experiencia, pero no resultó muy buena elección, encallamos en todo lo encallable. E incluso tuvimos que bajarnos de la piragua en alguna ocasión, por no hablar de las veces que nos acariciaron las ramas de la orilla. A decir verdad, creo que toda la culpa era mía, ella la pobre sólo remaba.
Pero peor lo llevaron el príncipe Hache y su padre, que hicieron lo que era poco probable que sucediera (según el monitor), volcar la piragua y darse un buen susto además de un chapuzón.
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