¿Qué mejor manera de aprovechar el tiempo camino de la piscina que repasar las tablas de multiplicar? Lo de repasar es por mí, porque el príncipe A ni siquiera había empezado a estudiar las tablas de multiplicar y estaba interesadísimo en ellas. En poquísimos días y dado su gran interés, se aprendió la del 2, la del 3 y la del 5. La del 1 y la del 10 no las tocamos porque "están chupadas, mamá".
La verdad sea dicha, me parece un auténtico rollo repasar las tablas de multiplicar, así que hicimos una manualidad para que las pudiera repasar él solo en forma de juego. Y casi no le está haciendo falta porque tiene una facilidad para aprendérselas que ya la quisiera para mí.
Lo que hicimos fue imprimir las tablas en diferentes cartulinas de colores para que fuera más fácil separar los números en caso de que se mezclen. Recortamos por un lado las cifras a multiplicar y por otro el resultado. Y el juego consiste en colocarlas correctamente por parejas.
Para que sean más fácil de guardar, cada tabla la hemos puesto en una bolsita pequeña identificada con su número.
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