viernes, 10 de marzo de 2017

Qué visitar en Lanzarote (II)

Empezaré diciendo que de los 15 parques nacionales que hay actualmente en España, 4 se encuentran en las Islas Canarias. Que un lugar sea declarado parque nacional indica que por sus características culturales o medioambientales requiere de una máxima protección. Podríamos decir que son lugares únicos.

Yo iba bastante emocionada de poder conocer otro parque nacional y más al tratarse de uno de origen volcánico. Ya me pasó con el Parque Nacional del Teide y ahora no iba a ser menos. Qué le voy a hacer, este tipo de paisajes me fascinan.

Día 3

Parque Nacional de Timanfaya.

Este día fue el plato fuerte del viaje, conocer el Parque Nacional de Timanfaya y sus anomalías geotérmicas. Se trata del tercer parque nacional más visitado de España, con más de 1.300.000 visitantes al año. 

Nosotros fuimos al parque pasando por la ruta que pasa por el pueblo de Yaiza y no visitamos el centro de interpretación de Mancha Blanca. Lo tenemos apuntado para la próxima visita.

Entre las recomendaciones que indican para visitar el parque estaba la de llegar pronto, y vaya si tenían razón. El parque abre antes que otros lugares de interés, a las 9 de la mañana. Nosotros llegamos antes de las 10 y había una cola de unos 10 coches en la entrada del parque, donde se compran las entradas o te sellan el bono. Cuando nos fuimos, a eso de las 12, la cola era de más de 150 coches que ya habían pagado la entrada y estaban esperando hueco en el parking, que estaba lleno.

Una vez tienes la entrada, tienes que dirigirte al Islote de Hilario, que es donde se inician las excursiones en guagua y donde hacen las exhibiciones de las anomalías geotérmicas. Allí te indican dónde tienes que aparcar el coche y donde dirigirte a coger la guagua. Hay bastante personal de uniforme trabajando allí. Ojo al aparcar porque la inclinación de la zona es enorme y te puedes llevar algún susto.

Después de aparcar, no tardamos ni 5 minutos en coger nuestro autobús, que nos llevó por un recorrido de unos 14 kilómetros por las "Montañas del Fuego". Para varias veces a lo largo del recorrido para poder observar mejor los efectos de los distintos volcanes que hay en la zona. En ningún momento puedes bajar del autobús, las fotos se hacen desde dentro. Mientras tanto, se escucha un audio donde explican el origen de las formaciones que se ven en el paisaje y que comienza con: "El día 1 de septiembre de 1730 , entre las nueve y las diez de la noche, la tierra se abrió en Timanfaya, a dos leguas de Yaiza y una enorme montaña se levantó del seno de la tierra". Tuvo que ser impresionante vivir ese momento.

Una vez finalizada la ruta, nos dirigimos a la zona donde hacen las exhibiciones. Al llegar, el señor que hace la exhibición nos dio un puñado de piedras (lapilli) que cogió del suelo, para que nos las llevásemos de recuerdo. El problema era que las piedras estaban ardiendo y casi las tenías que soltar al instante. La verdad es que notabas calor en los pies.

Las exhibiciones que hacen consisten en ver cómo se quema la hierba seca solo con meterla dentro de un hueco en un pozo hecho en la tierra o ver cómo al echar agua en un tubo introducido en suelo, esta sale disparada en forma de geiser.

Dentro del restaurante que se ubica allí, llamado El Diablo con gran acierto, también puedes ver cómo cocinan utilizando el calor que sale de un pozo. Si te asomas al pozo, compruebas  en tus propias carnes la altísima temperatura que hay dentro y que hace que se cocine la comida que ponen en las parrillas.

En menos de dos horas pudimos verlo todo tranquilamente. Hay otras rutas disponibles en el parque pero no estaban aconsejadas para niños.

Parque Nacional de Timanfaya

Echadero de camellos.

Muy cerquita del parque nacional se encuentra el Echadero de Camellos, donde se pueden hacer rutas en dromedario (curioso sí).

La ruta fue de menos de media hora y bastante divertida, aunque al principio te parece un poco incómodo tanto tratequeteo. Aún así, seguro que el dromedario iba más incómodo que nosotros.

Pusieron a los dos niños juntos y al príncipe A le tuvieron que acoplar unos cuantos kilos de piedra para que el peso fuera compensado.

El señor que nos tocó como guía y que nos explicó cómo subir y bajar del animal, no podía ser más encantador con los niños y con los adultos.

Echadero de camellos

Los Hervideros.

Esta visita estaba prevista para después de comer pero nos saltamos el desvío de El Golfo y como no es muy factible dar la vuelta y los sitios están muy cerca, la hicimos antes de comer.

Se tratan de oquedades que ha hecho la erosión del mar en la lengua de lava solidificada y que, debido a la fuerza del agua en la zona, al mirar por ellas parece que el agua hierve.

La verdad es que da un poco de miedo, pero solo a los que nos dan miedo las alturas y las grandes cantidades de agua. Con temporal debe ser bastante impresionante de ver. 

El lugar está muy bien señalizado y bastante limpio.

Los Hervideros

El Charco de los Clicos.

Tuvimos que volver de nuevo unos pocos kilómetros hacia atrás para llegar a El Golfo, que es donde se encuentra El Charco de los Clicos.

Lo primero que hicimos fue comer, en el restaurante Lago Verde, una paella buenísima, un pescado pequeñito que se comía entero, parecido a los boquerones, y un postre llamado "polvitos canarios". Allá donde fueres, come lo que vieres.

Para llegar al lago hay que dejar el coche en un parking a la entrada del pueblo y dirigirte hacia la izquierda por un pequeño sendero que hay en la falda de la montaña.

El lago es de agua salada y debe su color a las algas que contiene. Es un lugar de gran contraste debidos a los colores que allí se ven: rojos y negros de la tierra y verde y azul de las aguas.

En este lago se han rodado varias películas.

El Charco de los Clicos

Las Salinas de Janubio.

Siguiendo por la misma carretera, la LZ-703, se llega hasta un mirador situado al lado de un restaurante. Desde allí se pueden ver las Salinas de Janubio, las más grandes de Lanzarote. Actualmente son espacio natural protegido.

Salinas de Janubio

Playas del Papagayo.

No queríamos terminar el día sin visitar la Playa del Papagayo, que se la había recomendado un amigo al príncipe A.

Las playas del Papagayo son un conjunto de playas de arena dorada situadas en la zona más al sur de Lanzarote. Nosotros solo visitamos El Papagayo que nos gustó mucho, sobretodo la puesta de sol que nos pilló allí.

El camino hasta las playas no es lo mejor de la isla, unos 6 kilómetros de camino sin asfaltar y lleno de baches.
Playa del Papagayo

Día 4

Este era el día de vuelta a casa y solo pudimos dar un paseo por la playa que estaba al lado del hotel.

Playa de Matagorda.

La playa es de arena dorada, aunque también se encuentran algunas piedras volcánicas negras, un contraste precioso.

Hay un paseo marítimo muy cuidado, que para sí lo quisieran algunos pueblos de la costa levantina.

Playa de Matagorda

Y hasta aquí nuestro viaje a Lanzarote, deseando repetir islas Canarias. ;)

Aquí puedes ver lo que hicimos los primeros días.

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