viernes, 26 de enero de 2018

Las gachas de mi pueblo

No hay plato más tradicional en mi pueblo y que siente mejor cuando hace frío que las gachas. En mi casa se vienen haciendo desde que tengo uso de razón. No se han dejado de hacer ni cuando estaba prohibida la venta y consumo de harina de almortas, que es el ingrediente principal de este plato.

Sobre la prohibición que hubo de la venta y consumo de harina  de almortas he estado investigando un poco y resulta que data nada menos que de 1944. En aquella época de postguerra se descubrió que su consumo sostenido en el tiempo producía una enfermedad llamada "latirismo", que se caracterizaba porque producía parálisis en las piernas. Y claro, en algunas zonas de España, en esa época había poco más para comer. La situación actual es que la harina de almortas se puede comer porque la cantidad que se come, según la dieta que seguimos, no es un riesgo para la salud, ya que se consume de forma muy esporádica.

En mi pueblo, el comer gachas es una forma de socializar. Qué mejor forma de resolver los problemas del mundo, que juntarnos todos alrededor de una sartén de gachas. A veces, sentados alrededor de la sartén y otras, si nos hemos juntado muchos, de pie. Estando de pie te das cuenta enseguida de quien es nuevo en el grupo y no ha sido instruido todavía en la técnica de la "cucharada y pasó atrás", que no es otra cosa que coger una cucharada de gachas de la sartén y dejar hueco para que pueda coger el siguiente.

Muchas de las veces que nos reunimos entorno a este plato, alguien vuelve a contar la anécdota que tantas veces nos contó mi abuelo Marcelino. Resulta que  cuando era joven se reunieron para comer alrededor de una sartén de gachas recién sacada de la lumbre. Al parecer, mi abuelo cató las gachas y le resultaron demasiado calientes, no así al resto de comensales, que con el hambre que tenían después de trabajar, dieron buena cuenta de ellas y mi abuelo por lo tanto se quedó sin comer. Para la siguiente vez ya estuvo más espabilado.

También es muy típico, cuando eres nuevo, que te hagan la broma de que cojas del fondo que están más frías, por eso de que están a la sombra.

Pues aquí va la receta que solemos utilizar para hacer unas ricas gachas.

Ingredientes:
  • Harina de almortas.
  • Aceite de oliva virgen.
  • Pimentón.
  • Patatas.
  • Chorizo.
  • Jamón.
  • Agua.
  • Sal.
Elaboración:
  • Se pelan las patatas y se cortan en láminas como si fuéramos a hacer una tortilla. 
  • Se echa abundante aceite en una sartén y se fríen las patatas. Se reservan para incorporarlas al final.
  • Se parte el chorizo y el jamón en trozos no muy pequeños. Se fríen en el aceite donde hemos frito las patatas. Se reservan también para incorporarlos al final.
  • Vemos el aceite que ha quedado porque para hacer las gachas tiene que haber bastante. Si no hay suficiente, se añade un poco. Una vez caliente se retira del fuego.
  • Se echa en el aceite una cucharada de pimentón por cada 5-6 personas, dependiendo del color que queramos que tenga. Se sofríe un poco sin quemarlo.
  • Se añade una cucharada de harina por persona. Se sofríe un poco sin quemarla.
  • Se lleva de nuevo la sartén al fuego y se va añadiendo agua para disolver la harina y el pimentón. La cantidad de agua es un poco a ojo, la que admita.
  • Añadir la sal. Aquí también es a ojo, pero se puede probar cuando haya empezado a hervir para corregir si hemos echado poca.
  • Remover bien para que no se pegue hasta que empiece a hervir. Luego hay que continuar removiendo durante unos 20 minutos.
  • Añadir el chorizo, el jamón y las patatas unos 5 minutos antes de quitar del fuego.
  • La señal para retirarlas del fuego es cuando veamos que el aceite empieza a salir por encima de las gachas.

Y ahora a disfrutarlas, sin que nos pase lo que a mi abuelo. ;)

viernes, 19 de enero de 2018

Qué ver en Segovia

Allá por el mes de noviembre de 2017 tuvimos la suerte de ir a Segovia durante un fin de semana. Fue un viaje de solo chicas con unas amigas. El pobre príncipe A tuvo que elegir entre venirse con nosotras o quedarse a jugar un partido de fútbol. Decidió que su equipo lo necesitaba, creo que ha salido demasiado responsable.

Aunque el viaje solo duró el fin de semana, creo que lo aprovechamos bastante bien y pudimos ver muchos sitios bonitos e interesantes de esta capital, que es muy parecida a Toledo.

Alquilamos un apartamento que estaba situado justo al lado de la catedral, con lo que la situación era inmejorable. El apartamento era bastante grande y muy cómodo y la persona que nos recibió fue muy atenta con nosotras. Lo malo era que en la zona no hay sitio para aparcar que no sea de pago. Como para ver la ciudad no hace falta el coche, ya que por su tamaño te la puedes recorrer a pie, decidimos dejar el coche en un aparcamiento de tierra que estaba a unos 10 minutos andando. Este aparcamiento está justo al lado del monumento dedicado a Cándido (sí, el de los cochinillos).

La tarde-noche del viernes, después de deshacer las maletas y aparcar el coche, solo nos dio tiempo a acercarnos a la plaza del Azoguejo para ver el famoso acueducto. La verdad es que impresiona bastante, aunque yo ya lo había visto hacía más de 10 años.

El sábado por la mañana lo primero que hicimos fue ir a ver el Alcázar.  Para ir hasta allí, fuimos por la calle del Socorro, para ver la puerta de San Andrés, una de las antiguas puertas de la ciudad. Al lado de esta puerta, en la plaza del Socorro, se encuentra una oficina de turismo. De camino al Alcázar también pudimos ver parte de la muralla de Segovia. 

La visita al Alcázar no la hicimos muy larga y desde luego, lo que más nos costó, fue subir a la torre de Juan II por esas escaleras de caracol con esos escalones tan altos. Pero merece la pena, desde arriba las vistas de la ciudad son espectaculares.

Desde el Alcázar cogimos la calle Velarde para ir hasta el centro de la ciudad y pasamos por el Arco de la Claustra. En el parque de Mauricio Fromkes nos asomamos para ver el Monasterio de Santa María del Parral. En este monasterio, según nos dijo el guía con el que hicimos una ruta guiada después, dan misas con canto gregoriano.

La siguiente parada fue la Plaza de la Merced para ver la iglesia de San Andrés. Desde ahí intentamos ir a ver la casa museo de Antonio Machado pero nos fue imposible visitarla en ese momento porque había una visita guiada. Luego lo volvimos a intentar por la tarde y tampoco, así que desistimos de hacer la visita. Muy cerca de allí está la iglesia de San Esteban, cuya torre es espectacular y destaca mucho cuando se ve desde lo alto del Alcázar.

En este punto ya se hizo la hora de comer y teníamos mucha hambre, así que buscamos un sitio por allí cerca y creo que acertamos de pleno, el restaurante se llamaba "La Tasquina". Y como a ninguna nos gustaba especialmente el cochinillo asado, nos quedamos sin probarlo.

Después de comer nos dio tiempo a darnos un paseo por la plaza Mayor para ver la catedral por fuera (entramos el domingo que la entrada era gratis). Desde esta plaza, bajamos por la calle Isabel la Católica hasta la plaza del Corpus, donde se encuentra el convento del Corpus Christi, donde las monjas hacen unos dulces espectaculares. Seguimos por la calle Juan Bravo, pasando por delante de la cárcel y su farol (el guía después nos contaría que el farol se encendía cuando iban a matar a algún preso), vimos la figura en honor al comunero Juan Bravo (casualmente, en Toledo hay otra figura en honor a otro comunero, Juan de Padilla) y llegamos hasta la casa de los Picos, que precisamente hace honor a su nombre. Muy cerca de esta casa llegamos de nuevo a la plaza del Azoguejo, donde se encuentra el impresionante acueducto.

Esa noche hicimos una ruta guiada por la ciudad que nos llevó por algunas otras calles y donde el guía, que era bastante bueno, nos contó muchísimas curiosidades. La ruta es totalmente recomendable.



El acueducto de Segovia es desde luego una obra de ingeniería romana impresionante. Su construcción data del siglo II D.C. y tiene unos 15 km. de longitud hasta que llega a la ciudad. El objetivo era llevar agua desde un manantial cercano hasta la ciudad de Segovia, llegando hasta el Alcázar en su parte final. Esta parte final del acueducto es subterránea y está marcada en el suelo con una serie de símbolos. A las niñas les resultaba muy divertido ir encontrando estas marcas en el suelo.



El domingo por la mañana nos dio tiempo a visitar la catedral por dentro, aprovechando que hay un par de horas en las que la entrada es gratis y a hacer la visita a las murallas, que es un recorrido bastante corto, junto a la puerta de San Andrés. Después volvimos a pasear por la ciudad, sin olvidarnos de comprar los dulces ricos que hacen las monjas del convento del Corpus Christi y algún que otro recuerdo para los que no tuvieron la suerte de poder ir.

La verdad es que el viaje no se pudo dar mejor y la compañía fue inigualable. Estamos deseando repetir.

viernes, 12 de enero de 2018

El pequeño cumple 9

Hoy cumple 9 años el "monillo" más guapo del mundo. Así es como quiere que lo llame, cosa que me convierte en la madre del "monillo". Un niño muy sensible, a pesar de lo bruto que es a veces, que una cosa no está reñida con la otra.

Hace casi el mismo tiempo que también llegó a casa el "Osito", su peluche favorito y su compañero del alma. "Osito" no es otro que un hipopótamo rosa que le compramos cuando era un bebé y que ha sido su paño de lágrimas y su gran apoyo en todo este tiempo. Nunca he visto un niño tan apegado a un muñeco y que tan feliz haya sido con él.

"Osito" ha estado con él en sus momentos más felices y más tristes. Ha viajado donde él ha viajado. Era siempre lo primero que había que poner en la maleta.

Como "Osito" es un poco travieso, ha estado desaparecido en algunas ocasiones. Recuerdo especialmente una de ellas. Estábamos en el pueblo y lo empezó a echar en falta. Desde que nos dimos cuenta de que no estaba, empezamos a buscarlo y así pasamos un montón de horas. Fuimos a todos los sitios donde se nos ocurría que podía haber estado con él, incluso le echábamos la culpa al pobre perro de que se lo hubiera comido. Al final lo encontramos dentro del coche, en un cajón escondido, justo donde él lo había dejado olvidado mientras ayudaba a su padre a limpiarlo.

Este es mi particular regalo para este niño tan genial, un homenaje fotográfico a ese compañero de vida que está siendo su "Osito". Y que creo que va a seguir siéndolo durante mucho tiempo, al menos mientras haya hilo y aguja para poder seguir cosiéndolo. ;)

viernes, 5 de enero de 2018

Imitando a Arcimboldo

Estas Navidades han sido en las que más tareas del colegio le han mandado a la princesa Zeta y eso que es difícil sacar mejores notas. Una de estas tareas que ha tenido que hacer era diseñar un plato saludable imitando a Arcimboldo.
Arcimboldo era un artista italiano que además de pintar sus característicos cuadros de personas utilizando frutas y verduras, se dedicó a realizar vidrieras, entre ellas las de la catedral de Milán. Todo esto lo hemos aprendido de un trabajo que tuvo que hacer sobre este personaje hace varias semanas.
Aunque no se trata realmente de un plato saludable, esta es la obra de arte que le salió inspirándose en el artista. Una versión más "al natural" y utilizando las frutas y verduras que tenía la abuela por casa y los frutos recogidos durante los paseos por el campo en el pueblo.

Yo creo que no le ha quedado nada mal.