viernes, 30 de marzo de 2018

Tarde en el ballet

Después de preguntarles a los chicos si estarían interesados en acompañarnos al ballet y tras decirnos que no, sacamos las entradas para nosotras solas. Una tarde de chicas de vez en cuando está muy bien.

Llevaba mucho tiempo queriendo ir a ver una obra de ballet en directo pero las fechas en que las solían representar aquí casi siempre coincidía con las navidades y no nos venían bien. Esta vez la representación fue mucho después y conseguimos ir.

Ese día también teníamos una comida familiar y tras la sobremesa nos dirigimos al teatro. Con tanto tiempo de antelación llegamos que fuimos las primeras en entrar al teatro. La verdad es que impresiona mucho estar ahí solas, aunque fueran unos minutos, en un teatro tan grande.

En poco tiempo el teatro se empezó a llenar y casi todo eran mujeres, la mayor parte de ellas de 50 años para arriba, o eso me pareció a mí. También había alguna que otra madre con sus hijas pequeñas, como yo. Lo que no vimos fue a ningún niño.

Yo tenía un poco de miedo porque al ser un poco larga, con descanso incluido, pensé que la princesa Zeta se aburriría un poco. Pero por suerte no, le gustó tanto como a mí. A las dos nos encantó la representación y estamos deseando volver a repetir.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Cumple 11

Curiosa, independiente y muy valiente, así es la niña que llegó a nuestras vidas hace nada menos que 11 años. Siempre dispuesta a afrontar nuevos retos. Y este último año han sido unos cuantos.

¡Feliz cumpleaños princesa!

viernes, 23 de marzo de 2018

El rey y el tiburón

De cómo conectar la realeza y la vida marina con la informática:

"Hace mucho tiempo en una extraña isla vivían un rey y un tiburón.

El rey ayuda al tiburón a matar a los peces malignos que quieren destruir al tiburón. De pronto, el mago hizo un hechizo para que el tiburón se hiciese más fuerte.

Entonces el tiburón mata a los malvados peces y pierde su fuerza. Y en ese momento viene el jefe pez pero se electrocuta con un ordenador".

viernes, 16 de marzo de 2018

Qué hacer en Albacete: Liétor, Ayna y nacimiento del río Mundo

No hay nada mejor que hacer un viaje en familia, sobretodo si se trata de viajar con los primos. Por eso aprovechamos el puente de diciembre para ir a visitar algunos pueblos bonitos del sur de Albacete, en la Sierra del Segura. Creo que la provincia de Albacete es aún bastante desconocida en cuanto a turismo pero la verdad es que tiene pueblos preciosos.

El primer día fue un poco de toma de contacto con el pueblo donde nos alojábamos, Lietor. La casa donde nos alojamos estaba muy cerca de la plaza Mayor y en la parte más antigua del pueblo, donde las calles son tan estrechas que hay coches que no caben. Era un casa antigua pero restaurada, distribuida en varias plantas. Aunque la primera noche pasamos bastante frío, luego la cosa fue mejorando.

El día que llegamos, decidimos ir a comer a uno de los restaurantes del pueblo que tenía bastantes buenas críticas. Era tarde y como éramos 8, nos dijeron que tendríamos que esperar una media hora. Pues eso hicimos, esperar casi 45 minutos con los niños en la calle para que no molestasen demasiado. Pero lo suficientemente cerca para estar al tanto de si nos llamaban para entrar, ya que había una cristalera y veíamos perfectamente a las camareras y ellas a nosotras. Después de estar esos 45 minutos esperando, vemos como están recogiendo una mesa grande mientras que por la puerta entraba un grupo igual de numeroso que el nuestro. Los del grupo iban diciendo entre ellos que igual no tenían mesa para ellos pero que cerveza seguro que sí. Pues resulta que una de las camareras, con la que ya habíamos hablado antes, ante su pregunta de si hay mesa, les dice que se sienten. Nosotros entramos en ese momento a ver qué estaba ocurriendo y nos dice uno del grupo, con la confirmación de la camarera, que ellos tenían reserva. Nuestra cara fue un poema al ver la hora que era y lo que nos acababan de hacer. Yo en estos casos siempre opto por irme del sitio donde no quieren que esté. Así que eso hicimos, nos fuimos a la casa a dar de comer a los hambrientos y a estrenar la tan deseada barbacoa. Había pensado no decir el sitio, pero lo voy a hacer, no digo que trate así a todos los clientes, de hecho tiene buenas críticas, solo digo lo que nos pasó a nosotros. El sito se llama Posada Maruja. 



El día siguiente lo dedicamos a visitar el Nacimiento del Río Mundo, cerca de la localidad de Riopar. Dado que en el aparcamiento que está justo en el nacimiento hay un número limitado de plazas y era un día con muchos visitantes, decidimos aparcar en el aparcamiento que hay en el alto del Arenal e ir andando desde allí, en lugar de esperar el acceso en coche. Este aparcamiento está a unos 4 kilómetros del nacimiento.

Vimos que había gente que iba andando por el arcén desde el aparcamiento hasta la coger la carretera que lleva al nacimiento. Ese arcén es casi inexistente y además tiene un quitamiedos muy pegado. Lo mejor es ir justo por el otro lado del quitamiedos, por la parte baja del talud. Totalmente recomendable si vas con niños, tanto por el peligro que se evita y por lo bien que se lo pasan caminando entre los árboles. Y en esta ocasión además había nieve, valor añadido sin duda.

El resto del camino es por carretera, en la que te encuentras coches de vez en cuando, que son los que van o vuelven del aparcamiento que hay en el nacimiento.

El recorrido se hizo  muy ameno y los niños se lo pasaron genial. Dentro ya del propio nacimiento, había partes en las que estaba todo helado y otras un poco mejor. Caía poca agua pero aún así es un sitio muy bonito de ver. A pesar de estar todos ya algo cansados, también subimos al segundo mirador. Y otra vez de vuelta al coche, cargaditos de leña que nos íbamos encontrando por el camino. Preveíamos una noche fresca, que luego no lo fue tanto.



El tercer día nos acercamos a visitar Ayna, un pueblo realmente precioso por la ubicación en la que está. Yo había estado hacía unos cuantos años, con las compañeras de la universidad y me pareció un sitio precioso a la par que da un poco de miedo a personas con vértigo como yo.

Hicimos una parada en el mirador del Diablo, que está antes de llegar al pueblo y tiene unas vistas espectaculares del mismo. Otra parada obligatoria es en el mirador del Sidecar de la Rodea Grande, donde se encuentra una réplica del sidecar de la película "Amanece que no es poco". Y por supuesto, nos hicimos una foto subidos al sidecar.

Para comer habíamos reservado en un sitio donde sabíamos que había comidas típicas de Albacete, de esas contundentes de cuchara. Pero nuestro gozo en un pozo cuando nos dicen que sólo había carne a la parrilla. Y precisamente de eso ya veníamos llenos porque estábamos sacando bastante rendimiento a la barbacoa de la casa donde nos alojábamos.

Por la tarde hicimos una visita guiada por el pueblo donde nos contaron cosas muy interesantes como los encuentros "amanecistas" que hacen anualmente los fans de la famosa película. O que hay casas que al estar construidas en la roca, tienen habitaciones con una temperatura bajísima incluso en verano. También visitamos el museo etnológico, el castillo y la iglesia.

Cuando ya estaba casi anocheciendo, nos fuimos por nuestra cuenta hasta la parte baja del río para ver más sitios donde se había rodado la famosa película. Como no calculamos bien el tiempo, llegamos cuando ya había anochecido.

De esta excursión a Ayna también nos fuimos cargados de suspiros, que son los dulces típicos de la zona.



La mañana del último día la dedicamos a hacer una ruta guiada por Liétor. El pueblo está colgado en lo alto del valle del río Mundo y ya es bonito por esto, pero también tiene muchos sitios que visitar. Por ejemplo la ermita de Belén, la fuente del Pilar, la iglesia de Santiago donde también hay un pequeño museo y el convento de las Carmelitas, donde se pueden ver unos cuerpos momificados accediendo debajo del altar. También es muy curioso de ver el antiguo lavadero el Ramblón, habilitado como sala de exposiciones.

También tiene mucho encanto caminar por las estrechas callejuelas de trazado árabe y asomarse a los impresionantes miradores sobre el río Mundo.

Por la tarde hicimos otra ruta a nuestro aire, bajando hasta el río por la calle donde está el teatro auditorio y subiendo por la presa "Bermeja". El trayecto no fue mal, los niños estuvieron fabricando barcos con materiales vegetales que se encontraron por el camino y que luego echaron al agua, con resultados dispares. Pero la subida de nuevo hacia el pueblo se hizo bastante dura, además ya era de noche.

Con todo, el viaje fue estupendo y sin duda lo repetiría de nuevo, a ser posible cuando los días sean un poco más largos.

viernes, 9 de marzo de 2018

Receta de crepes

Hace que no hago crepes muchísimo tiempo. No tengo muy buen recuerdo de la última vez que los hice. O la sartén o yo tuvimos un mal día y terminaron más bien como huevos revueltos.

He vuelto a dar otro oportunidad a este dulce y ahora sí que ambas hemos tenido un buen día.

Ingredientes:
  • 125 gr. harina.
  • 2 huevos.
  • 250 ml. leche.
  • 50 gr. mantequilla.
  • un sobre azúcar avainillada (8 gr. aproximadamente).
  • 1 pizca de sal.
Elaboración:
  • Para batir se puede utilizar tanto unas varillas como la batidora. Con las varillas probablemente quede algún grumo que desaparecerá luego en la sartén 
  • Se derrite la mantequilla en el microondas para que no queden grumos en la masa.
  • Se añaden a un bol los elementos líquidos: huevos, leche y mantequilla. Se bate la mezcla.
  • Se añade la harina, el azúcar y la sal. Se bate hasta conseguir una mezcla homogénea.
  • Ponemos una sartén a calentar a fuego fuerte y echamos un poco de mantequilla para untar todo el fondo.
  • Bajamos un poco el fuego y echamos un cazo de la masa en el centro de la sartén. Movemos la sartén para que cubra todo el fondo. Según nos haya quedado  veremos si la cantidad es la idónea o no.
  • Dejamos dorar por un lado unos dos minutos o hasta que veamos que está hecho. Le damos la vuelta con cuidado de no romper el crepe. Yo lo hago con un tenedor de madera.
  • Dejamos dorar por el otro lado aproximadamente un minuto o hasta que veamos que está dorado.
Con esta cantidad de ingredientes salen aproximadamente 6 crepes, para hacer más solo hay que añadir ingredientes proporcionalmente.

Si no se van a comer inmediatamente es mejor taparlos para que no se resequen los bordes.