viernes, 30 de marzo de 2018

Tarde en el ballet

Después de preguntarles a los chicos si estarían interesados en acompañarnos al ballet y tras decirnos que no, sacamos las entradas para nosotras solas. Una tarde de chicas de vez en cuando está muy bien.

Llevaba mucho tiempo queriendo ir a ver una obra de ballet en directo pero las fechas en que las solían representar aquí casi siempre coincidía con las navidades y no nos venían bien. Esta vez la representación fue mucho después y conseguimos ir.

Ese día también teníamos una comida familiar y tras la sobremesa nos dirigimos al teatro. Con tanto tiempo de antelación llegamos que fuimos las primeras en entrar al teatro. La verdad es que impresiona mucho estar ahí solas, aunque fueran unos minutos, en un teatro tan grande.

En poco tiempo el teatro se empezó a llenar y casi todo eran mujeres, la mayor parte de ellas de 50 años para arriba, o eso me pareció a mí. También había alguna que otra madre con sus hijas pequeñas, como yo. Lo que no vimos fue a ningún niño.

Yo tenía un poco de miedo porque al ser un poco larga, con descanso incluido, pensé que la princesa Zeta se aburriría un poco. Pero por suerte no, le gustó tanto como a mí. A las dos nos encantó la representación y estamos deseando volver a repetir.

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