Esta es la historia de un día que vas al supermercado y ves un montón de bolsas con huevos de pascua y se te ocurre que sería muy divertido montar una búsqueda de huevos para todos los primos durante la Semana Santa.
A las dos bolsas de huevos que compras se une otra que había comprado la abuela, que por lo visto también había tenido la misma idea que yo.
Pues con un frío de mil demonios nos dispusimos a "esconder" mi hermana y yo más de 60 huevos de chocolate. Se nos ocurrió esconderlos por los alrededores de la iglesia y del parque, donde creímos que sería más divertido.
Realmente no estaban muy escondidos porque eran bastante visibles. Pese a ello, pasaron tan deprisa buscándolos, supongo que de la emoción, que muchos de ellos ni los veían.
El resumen de la jornada fue unos cuantos primos enfadados porque no encontraron muchos huevos, otra que dio sus huevos porque no le gustaba el chocolates y todos finalmente compartiendo el botín.
El resumen de la jornada fue unos cuantos primos enfadados porque no encontraron muchos huevos, otra que dio sus huevos porque no le gustaba el chocolates y todos finalmente compartiendo el botín.
Para el próximo año creo que habrá que cambiar la estrategia a seguir.
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