Una excursión muy divertida para ir con niños es hacer un viaje en el teleférico de Madrid. El precio del viaje no es que sea muy barato, para los 11 minutos que dura el trayecto, pero es muy entretenido el hecho de ir viendo Madrid desde los aires. Y si tienes miedo a las alturas, no te preocupes, a mí me dan pánico y no sentí miedo en ningún momento.
Puedes comprar la entrada junto con la del Parque de Atracciones o con la del Zoo. No sé si en este caso hacen descuento. Incluso puedes comprar la entrada con la comida.
Para llegar al teleférico en metro hay que bajarse en la estación de Argüelles y después seguir cuesta abajo por la calle Marqueses de Urguijo hasta la estación del teleférico de Rosales, es un paseo corto. La otra estación es la que está en la casa de campo.
Esta excursión la hicimos por la tarde, así que cuando llegamos a la estación destino tomamos un café en el restaurante de la casa de campo, disfrutando de unas espectaculares vistas de Madrid. Había muchos turistas y familias con niños, ya que era un día sin colegio.
El restaurante también tiene un parque de bolas, que hay que pagar aparte, y que puede ser una opción muy interesante con niños pequeños si se quiere comer allí.
Pero la parte que más nos gustó, aparte de las espectaculares vistas, fue que justo fuera hay un parque con muchísimos juegos para los niños y bastantes bancos para que los padres podamos vigilar tranquilamente sentados. Esto último un poco difícil ya que nos pasamos casi todo el rato ayudando a trepar a las fieras por los columpios. También había unas cuantas mesas por si te quieres llevar la comida o la merienda. Quizás la próxima vez probemos esta opción.
Ya de vuelta, justo al lado de la estación de Rosales y dándole nombre, está La Rosaleda o Jardín de Rosales. En este jardín existen muchísimas variedades de rosales de todo el mundo y anualmente se hace un concurso para elegir la mejor rosa. La pena fue que ya estaba oscureciendo y no lo pudimos ver en todo su esplendor. Sin duda es un sitio muy bonito para pasear un rato disfrutando de las rosas. Ah, y la entrada es gratuita.
La verdad es que la tarde nos cundió mucho, porque seguimos caminando por el Parque Oeste de Madrid y llegamos al Templo de Debod. El Templo fue regalado por Egipto a España en 1968 como agradecimiento por la ayuda española en la conservación de los templos de Nubia, que iban a desaparecer por la construcción de la presa de Asuán. Tiene nada menos que 2200 años. La entrada también es gratuita, aunque no pudimos entrar porque ya era tarde. Había muchísimo ambiente e incluso disfrutamos como espectadores de una sesión fotográfica con fondo el templo.
También presenciamos como una pareja de grafiteros pintaban las tildes que faltaban en la inscripción de una estatua que había allí en el parque, creo que de una monja. Al parecer estaban más interesados en la ortografía que en comportarse cívicamente y respetar el patrimonio. Y no eran una jóvenes con sprays sino sexgenarios con rotulador permanente.
Pues esto es todo lo que se puede hacer en una tarde en familia en Madrid, lo de la noche ya lo hablaremos otro día.
También presenciamos como una pareja de grafiteros pintaban las tildes que faltaban en la inscripción de una estatua que había allí en el parque, creo que de una monja. Al parecer estaban más interesados en la ortografía que en comportarse cívicamente y respetar el patrimonio. Y no eran una jóvenes con sprays sino sexgenarios con rotulador permanente.
Pues esto es todo lo que se puede hacer en una tarde en familia en Madrid, lo de la noche ya lo hablaremos otro día.
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