lunes, 29 de diciembre de 2014

Haciendo puzzles

¿Alguien puede creerse que un niño de cinco años, que no para quieto, pueda pasarse una hora haciendo puzzles y cuando los adultos se han aburrido ya, él quiera seguir? Increíble, pero cierto. Creo que le viene de herencia, ciertamente no por mi parte.

De pequeña no me gustaban los puzzles. ¿Por qué se ha de suponer que a una niña que saca muy buenas notas en clase, le gustan los puzzles? Supongo que eso pensaban de mí. Recuerdo que los Reyes Magos me trajeron una vez un puzzle. No recuerdo qué edad tenía. Realmente era un caja con dos puzzles distintos: un tigre y un oso polar. Confieso que nunca los hice. La única vez aque he visto esos puzzles hechos, tenía ya veintitantos, y no fueron hechos por mí, claro. Seguro que la caja sigue estando perdida por algún armario.

El caso es que Papa Noel ha venido con nuevos puzzles para hacer. Y son de esos puzzles que son chulos para enmarcar, suponiendo que tuviéramos sitio para colgarlos, claro. Así que ahora tenemos varios puzzles en distintas fases de realización. El más grande se saca y se guarda facilmente, utilizando un rollo de cartón y un mantel de fieltro. Otro de 500 piezas está encima de la mesa del salón, menos mal que no la utilizamos habitualmente. Y los de menos de 200 se hacen y se vuelven a guardar deshechos otra vez. El sitio favorito para hacer estos últimos es directametne el suelo.

En fín, que se puede pasar un rato con los niños de esta manera, desarrollando la capacidad de concentración y la paciencia, de los grandes y de los pequeños.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Celebrando la Navidad

Como cada año, pasamos la Nochebuena en familia, alternando las casas de los abuelos. Este año no nos ha tocado viajar en Nochebuena y lo haremos para Nochevieja.

Aquí hay una tradición, sospecho que no muy antigua, en la que los bares ponen barras en la calle y sirven migas con las cañas. Esto lo hacen al mediodía de los días 24 y 31. Y, por lo tanto, hay muchísima gente en la calle, algunos imagino que habrán empalmado las cañas del medio día con la cena de Nochebuena. Lo malo de la fecha es que en la calle se pasa mucho frío.



Sin más, con la tarjeta que hemos hecho para una de las profes, os deseamos Feliz Navidad.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Corriendo a todas partes

Como cada año, desde hace unos pocos, vamos a la carrera que se celebra en Aranjuez en esta época.

Es una de las carreras mejor organizadas que he visto, claro que, tampoco he visto tantas. Y el ambientazo es increíble. Lo mejor de todo es que, aunque la inscripción para adultos es algo cara, la inscripción para los niños es gratuita. Una manera estupenda de fomentar el deporte infantil.

Lo malo es que es en domingo y aunque nos pilla a poco más de media hora, hay que madrugar. 

Cuando vas a una carrera es buena idea salir con tiempo de sobra, no vaya a ser que se olvide algo importante, pongamos por ejemplo el dorsal, y haya que volver otra vez.

Este año, los dos pequeños han corrido en la misma categoría, así que ha sido un poco más facil organizarnos para dejarlos en la salida y recogerlos en la meta. Esto parece que no es importante, pero es que han corrido más de 100 niños y niñas nacidos entre los años 2007 a 2009. Tantos había que, aunque la organización tenía previsto que corrieran todos juntos, han tenido que separar a niños y a niñas. Y a pesar de algún que otro empujón y alguna que otra caída, se lo han pasado fenomenal en la carrera y han acabado muy contentos.

Así que todo ha ido genial este año, el tiempo acompañaba bastante y se han mejorado las marcas. Hasta yo la he mejorado, he esperado en la meta menos tiempo que otras veces. ;) A ver si algún año me animo a correrla.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Escribimos las postales de Navidad

Estos días hemos estado haciendo las postales de Navidad para la familia y amigos. Este año, alguna de ellas cruzará el charco hasta el buzón de los primos que están lejos pero que, por suerte, veremos dentro de unos días.

Como tenemos una colección bastante grande de cintas, pegatinas, cartulinas, etc, pues no hemos tenido que comprar nada. Y con algo de imaginación y mucho de inspiración en internet hemos hecho estas tarjetas.

Aunque con algún que otro problemilla por eso de: ¡uff, no me caben todas las letras!, o , ¡uff, se ha emborronado todo!, al final creo que han quedado muy chulas.

Atentos al buzón porque igual hay una carta para vosotros.

También hemos aprovechado para enviar las cartas a los Reyes Magos, no sea que luego con las prisas no lleguen a tiempo.

Eso sí, hemos puesto claramente el remitente de las cartas de los reyes, no vaya a ser que los regalos vayan para otros niños que se llamen igual. Estas cosas nunca se saben y es mejor asegurarse. ;)

lunes, 15 de diciembre de 2014

Viendo las luces

Este fin de semana hemos estado viendo las luces de Navidad. Era una de las sorpresas que salieron en el Calendario de Adviento.

Como solemos hacer, hemos ido en autobús, a pesar de que estaba lloviendo. Y como somos muy valientes nos hemos ido sin paraguas ni nada, pensando que no llovería tanto. Pues sí, llovía bastante, tanto que hemos tenido que ir a un chino a comprar unos paraguas. Para estas cosas vienen bien estas tiendas, aunque afeen un poco el casco histórico de una ciudad.

Alguien recordó que el año pasado había una pista de patinaje sobre hielo en la plaza del Ayuntamiento y allí que hemos ido a ver. Y sí, la pista de patinaje estaba, pero esta vez sólo hemos mirado, teníamos otros planes. Pero ahí ha quedado la promesa de volver otro día a patinar. Yo no he patinado nunca sobre hielo, y como se me dé igual que patinar con patines en línea, el espectáculo puede ser lamentable.

El paseo por el casco histórico ha sido más agradable que otras veces, las luces le daban un ambiente más alegre. Esta vez no había tantos turistas como de costumbre, tal vez un poco espantados por la lluvia.

Y cómo no, hemos hecho la parada obligatoria en la tienda de crepes, que en defintiva creo que era a eso a lo que querían subir, las luces era una excusa. ;)

viernes, 12 de diciembre de 2014

Odiando se escribe sin hache

Después de haber dicho varias veces a un niño de 5 años que se vista podemos llegar a mantener la siguiente conversación:

-Haz el favor de ponerte ya los calcetines.
-¡Noooooooo!¡Te odio!
-¿Qué has dicho?
-Que te odio.
-¿Pero tú sabes lo que significa odiar?
-No tengo ni idea, pero me gusta decirlo.

Ah, pues en inglés sí que se escribe con hache.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Corona navideña

Este año hemos elaborado una nueva corona para poner en la puerta. Lo mejor es que no hemos gastado nada de dinero ya que teníamos todos los materiales. La idea era utilizar un montón de caramelos que teníamos en un bote ocupando espacio y que recogimos de cabalgatas de años anteriores.

Materiales empleados:
  • Un cartón más bien gordo
  • Un monton de caramelos de distintos colores
  • Dos capsulas de café
  • Dos botones rojos
  • Hilo rojo
  • Cinta navideña
  • Pistola de silicona caliente
En primer lugar hemos cortado el cartón en forma de círculo de un tamaño no muy grande. 

Después hemos ido seleccionando los caramelos que más nos han gustado y que no estuviesen demasiado pegajosos, ya que llevan con nosotros bastante tiempo. Y los hemos elegido, no por su sabor, claro, sino por su color.

Entonces nos hemos puesto a pegarlos con la pistola de silicona formando círculos de diferentes colores. 

Por último, para que quede más navideño, hemos hecho unas campanitas con las cápsulas de café y les hemos colgado dentro unos botones rojos. Y hemos unido las campanitas mediante un lazo rojo con motivos navideños.

¿Quedará algún caramelo después de las fiestas?

viernes, 5 de diciembre de 2014

Árbol navideño

Ya hace unos días que tenemos puesto el árbol de Navidad. Cada año llega antes, no sé si por las campañas publicitarias o porque realmente lo estamos deseando. Pero, ¡qué le vamos a hacer, nos encanta!
Poner el árbol de Navidad tiene su complejidad. Menos mal que por lo menos no es muy grande, ya que no tenemos mucho espacio. Pero cada uno tiene su idea de cómo se debe adornar un árbol de Navidad. Puede ser con todos los adornos en el mismo lado (mira, mamá, !qué chulo queda así!), que está a punto de volcarse el árbol. O con todas las cintas arrastrando por el suelo. O incluso colgando bocabajo un muñeco de nieve que estaba por ahí.

Bueno, lo importante es que tenemos árbol y ya podemos poner los zapatos para que los Reyes Magos nos pongan los regalos. Esto si nos hemos portado bien, claro. Que ellos lo saben todo. 

Además, como queríamos hacer algún adorno nuevo para este año, hemos hecho un arbolito decorativo. Este adorno no va colgado en el árbol de Navidad, pero puede resultar muy chulo encima de alguna mesa.

Pues para el arbolito hemos utilizado:
  • un cono de poliespan
  • lana de color verde
  • pegamento en barra o cola blanca
  • pompones de los pequeñitos
  • una estrella que andaba por allí
Es tan fácil hacerlo como dar pegamento sobre todo el cono e ir enrollando la lana, intentando no dejar huecos blancos. Vamos, un juego de niños. Después se le da pegamento a los pompones y se van colocando sobre la lana verde. Esto ya, según nos guste que esté de recargado. Por último pegamos la estrella.

Otra opción sería utilizar, en lugar de pompones, botones pequeñitos de colores.

Y ahora una adivinanza de una niña de siete años: ¿Qué sería un árbol de Navidad sin sus adornos navideños? Pues un árbol normal y corriente.


lunes, 1 de diciembre de 2014

La bisabuela cumple 90 años

Mi abuela, que es bisabuela de cinco bisnietos, ha cumplido 90 años. Y menuda suerte es poder celebrar algo así. Últimamente ha estado un poco pachucha, pero poco a poco se va recuperando. Aunque somos concientes de que no va a estar ahí siempre, por mucho que nos gustase, todavía podemos disfutar plenamente de estar con ella, ya que, aunque en ocasiones te repite las mismas cosas varias veces, tiene una memoria que ya la quisiera para mí. Por no hablar de la vista, siempre he dicho que mi abuela ve tan bien que ve hasta lo que no está.

Por desgracia, no ha tenido una vida fácil. Cuando estalló la guerra civil no había cumplido aún los 12 años y aunque en su familia nunca les faltó de comer, las circunstancias eran muy difíciles para cualquier familia en aquella época, sobretodo en una familia tan numerosa como la suya. 

Tuvo que ver cosas como que un hermano, que no había cumplido los 17 años, fuera llamado para ir a la guerra. Me encanta escuchar cómo cuenta las historias de la de aquella época, los motivos de por qué pasaron las cosas que pasaron, pero además dando pelos y señales, se acuerda de todos los nombres.

Después tampoco ha tenido una vida mucho más fácil. Tuvo que trabajar muy duramente, junto con mi abuelo, para sacar a sus tres hijos adelante. Pocas veces la he visto sin hacer nada, si no tenía algo que hacer, se lo inventaba. Aún hoy en día, no para de hacer punto y ya creo que ha hecho una manta para cada miembro de la familia.

Por ser la mayor, creo que he sido la nieta que más ha podido disfutar de ella. Recuerdo perfectamente los veranos cuando me iba con ella por las tardes a regar el huerto. A veces no me apetecía ir y prefería seguir jugando, pero quizás precisamente por ser la mayor, sentía como la responsabilidad de ir a ayudarle. Y la verdad es que me lo pasaba muy bien con ella. A mí, a pesar de ser de pueblo y haber ido al campo millones de veces, me dan pánico los bichos, sobretodo los gusanos y las arañas. Pues allí me podíais ver, gritando y corriendo como una loca cuando veía alguno de estos bichos, y mi abuela la pobre sola recogiendo la cosecha. Recuerdo que siempre se echaba el trabajo más duro encima, dejándo el más fácil para los demás. Si había dos cestas, ella siempre cogía la que más pesaba. Así que siempre había que decirle: abuela, déjala, que yo cojo esa. Ella contestaba que no, que pesaba mucho para mí.

Tengo miles de anécdotas con ella, como cuando era muy pequeña, debía tener como unos 7 años, e ibamos a recoger la cosecha de melones con un burro a varios kilómetros del pueblo y en lo alto de un cerro. Recuerdo que íbamos mi abuela, su prima, yo y el burro. Al burro le pusieron un artilugio que se llamaba serón (resulta que esta palabra está en el diccionario), que es donde metían los melones. Para que yo no me cansara, me sentaban a horcajadas encima del burro. Pues según íbamos andando, la carga se iba desestabilizando y me iba cayendo para un lado. Cuando entre la dos volvían a colocar todo, resulta que me caía para el otro. Y de este modo conseguimos llegar al final al pueblo.

O cuando nos ofrecía polvorones en pleno mes de agosto. Me fascinaban los colores tan brillantes de los papeles de celofán que los envolvían. Y para que nos pasaron mejor los polvorones con el calor, nos ofrecía cocacola del tiempo, eso sí, caducada desde hacía 5 años. Os aseguro que el sabor no es exactamente el mismo pero no nos pasó nada.

A pesar de mi carácter, protestón por naturaleza, no recuerdo a mi abuela enfadada conmigo nunca. Al revés, siempre he sentido que me quiere mucho y que está orgullosa de mí. Sólo puedo decir que tener una abuela como esta es una auténcia pasada.

En los últimos años, aún cuando mi abuelo vivía (se murió cuando mi hijo pequeño tenía 2 meses), ha invitado a toda la familia por el día de su cumpleaños. A sus bisnietos les encanta el sitio donde nos suele invitar porque tenemos un salón sólo para la familia y casi pueden hacer lo que quieren.Y salvo alguna visita a urgencias con alguno de los bisnietos, lo hemos pasado muy bien. Los nietos, que somos 10 en total sin contar los nietos políticos, aprovechamos ese día para hacerle un regalo especial y demostrarle lo que la queremos. Así que al final le hacemos llorar y terminamos todos llorando también. Esperamos poder repetir este año y muchos otros.

Espero poder celebrar muchos más porque, como dice mi hija, ¿que pasaría si la bisabuela llegara a los 100 años?. Pues que tendríamos muchos más motivos para celebrarlo.