Este fin de semana hemos estado viendo las luces de Navidad. Era una de las sorpresas que salieron en el Calendario de Adviento.
Como solemos hacer, hemos ido en autobús, a pesar de que estaba lloviendo. Y como somos muy valientes nos hemos ido sin paraguas ni nada, pensando que no llovería tanto. Pues sí, llovía bastante, tanto que hemos tenido que ir a un chino a comprar unos paraguas. Para estas cosas vienen bien estas tiendas, aunque afeen un poco el casco histórico de una ciudad.
Alguien recordó que el año pasado había una pista de patinaje sobre hielo en la plaza del Ayuntamiento y allí que hemos ido a ver. Y sí, la pista de patinaje estaba, pero esta vez sólo hemos mirado, teníamos otros planes. Pero ahí ha quedado la promesa de volver otro día a patinar. Yo no he patinado nunca sobre hielo, y como se me dé igual que patinar con patines en línea, el espectáculo puede ser lamentable.
El paseo por el casco histórico ha sido más agradable que otras veces, las luces le daban un ambiente más alegre. Esta vez no había tantos turistas como de costumbre, tal vez un poco espantados por la lluvia.
Y cómo no, hemos hecho la parada obligatoria en la tienda de crepes, que en defintiva creo que era a eso a lo que querían subir, las luces era una excusa. ;)
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