viernes, 2 de junio de 2017

Suculentas sobre tierra volcánica

Por causas ajenas a nuestra voluntad (nuestra voluntad era que durasen mucho más tiempo) se nos quedó libre un cuenco de cristal en el que habíamos transplantado unos cáctus hace algún tiempo.

Y resulta que en la casa de los abuelos del pueblo había una maceta repleta de suculentas, que según había leído por ahí, son ideales para jardineros olvidadizos. Es por ello que nos trajimos unas cuantas de diferentes tamaños. Estas plantas retienen mucha agua en sus hojas, por eso no es necesario regarlas tan frecuentemente como otras.

También teníamos por ahí rondando un montón de pequeñas piedras volcánicas que nos habíamos traído de recuerdo de  nuestros viajes a Tenérife y Lanzarote.

Con todo ello, la princesa Zeta hizo una composición en el cuenco de cristal que bien podría pasar por ser algo comprado y habernos costado unos eurillos. Ahora tengo este pequeño y bonito jardín adornando mi mesa de la oficina.

 

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