Hemos terminado el año haciendo deporte, los 7 kilometros de la Carrera del Pavo, que es la carrera que se corre el 31 de diciembre y en otros sitios llaman la San Silvestre.
La corrimos hace 3 años pero para nada ha sido igual. La otra vez me quería morir cuando terminé y esta vez la he disfrutado un montón, casi me ha sabido a poco.
El ambiente era inmejorable, había muchísima gente viendo la carrera y además, ya me había encargado yo de avisar a familiares y amigos para que fuesen a animarnos, que eso de que griten tu nombre para darte ánimos no tiene precio y te da fuerza extra para seguir.
Y qué decir de la compañía. La verdad es que en compañía se corre mejor y esta vez éramos tres. Uno de los cuales se permitía el lujo de adelantarse unos metros para subirse a la acera, darnos ánimos y luego ponerse a correr de nuevo a nuestro lado. Que se prepare, que en la próxima carrera lo vamos a dejar tirado. ;)
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