Pues resulta que hace algo menos de dos meses participamos en una gynkana en familia por nuestro barrio en la que, además de correr un montón, aprendimos muchas cosas sobre el deporte femenino. La gynkana no la ganamos pero nos tocaron dos entradas para ir a ver un musical.
Como resulta que somos cuatro, tuvimos que comprar otras dos para poder ir todos. Y claro está, al comprarlas después, nos tocaron separadas, pero tuvimos la "suerte" de que nos cambiaron los sitios para poder estar todos juntos. Suerte entre comillas porque mi idea era sentar a los niños juntos y nosotros atrás para no tener que poner cara de "qué divertido es esto". Y todos juntos estuvimos viendo el musical de Pinocho.
Pasada la primera hora de un musical infantil me entra un aburrimiento mortal, y no ayuda mucho tener a uno al lado diciéndote que también se aburre, que tiene mucha hambre y que vaya a ver si hay una máquina de esas que le metes monedas y te da galletas.
Pero allí aguantamos como campeones la más de hora y media que duró el espectáculo. Y por si era poca actividad para la tarde, a alguien se le ocurrió decir que si íbamos a ver si seguía abierta la pista de hielo. Y sí, seguía abierta. Así que allí estuvimos, pasando otra horita con los pies helados y con alguna que otra caída. Ah, y comiendo churros, que no se nos había pasado el hambre.
Ya veo que exitazo total! Un beso familia ;)
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