En cada cambio de año repaso la lista de cosas que quería hacer y he conseguido y, por supuesto, las que no he logrado. Esta lista no está escrita en un papel, la tengo en mente y voy tachando aquello que voy consiguiento y añadiendo lo que me gustaría conseguir.
El año que ha terminado no ha estado nada mal. He conseguido tachar bastantes cosas que me había propuesto desde hace tiempo. Entre las cosas más personales de mi lista, y que he conseguido, estaban retomar las clases de inglés, empezar a escribir un blog y viajar con toda la familia a Barcelona. Y quedan aún algunas sin conseguir que me las guardo.
Y como también tenemos muchos buenos deseos para los demás, como el año pasado, hemos hecho un "pozo de los deseos". Este pozo consiste en poner etiquetas con deseos atados a un bombón y que quien quiera se vaya sirviendo.
El año pasado se cumplieron algunos de los deseos que pusimos. Hay quien se fue de crucero y además ha tenido un bonito regalo que lleva patucos azules.
Lo del crucero le llegó al alma a la princesa Zeta, que lleva más de un año deseando irse de crucero (creo que tiene demasiadas espectativas puestas en qué es un crucero). Este año me ha propuesto que volvamos a poner el deseo del crucero pero que lo escondamos donde sólo nosotras sepamos que está, para poder elegirlo. Y si no funciona, también tenemos la alternativa de pedírselo a una estrella fugaz. ¡Bendita inocencia! ;)
Feliz año a todos y que dentro de 365 días tengáis marcados todos los deseos de vuestra lista particular.
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