viernes, 19 de junio de 2015

51 cosas que hicimos en Chicago

Estas son cosas que se pueden hacer en Chicago porque nosotros las hicimos:

1.- Nos tomamos un café tamaño XXL en un Dunkin Donuts. Aunque estaba rico, lo mejor era que te calentaba las manos.
2.-Nos comimos los agujeros de los donuts. Sí, allí venden los agujeros de los donuts, se llaman munchkins.
3.- Compramos un cubo de pollo frito en un Jewel-Osco y nos lo comimos en la calle.
4.- Esperamos en la puerta del cole al señor del carrito de los helados y los niños se comieron uno.
5.- Intentamos pedir un turtle cupcake en un camión de comida que había en el cole, pero no nos entendieron. Nuestra pronunciación de turtle no es la que ellos se esperaban.
6.- Compramos una tarta de cumpleaños típicamente americana, era feísima pero estaba rica.
7.- Vimos los food truck temáticos que se ponen debajo de la Torre Willis.
8.- Nos pedimos una pibiar, que resulta que es una cerveza que se llama Pabst Blue Ribbon y que se pide por sus siglas y está buenísima.
9.- Probamos lo que es una verdadera hamburguesa americana. Ahora nos da risa cuando vemos las del McDonalds. Algunos no querían ni mirar lo que se tenían que comer.
10.- Los niños pedían cheeseburguer with no cheese. Esta fue una de las coletillas del viaje.
11.- Fuimos a una pescadería donde tú mismo puedes ir cogiendo el pescado que quieres.
12.- Estuvimos celebrando el cumpleaños en el Rainforest, pedimos un Volcano y nos cantaron el cumpleaños feliz.



13.- Cogimos la línea marrón del metro para ver el loop y sentirte como en las películas.
14.- Los niños entraban corriendo al metro para sentarse en el último vagón y escuchar historias terroríficas contadas por su tío.
15.- Como hacía bastante frío nos pusimos debajo de las estufas que tienen en las marquesinas del metro. La temperatura no era de bajo cero, no me quiero imaginar cómo estarán de llenas cuando realmente haga bastantes grados bajo cero.
16.- Paseamos por las calles del centro financiero y contemplamos el río Chicago y sus muchos puentes.
17.- Nos fotografiamos delante del complejo de edificios Marina City, más conocido por su forma como "las mazorcas". Alucinamos al ver que había coches aparcados en la planta once. Este edificio sale en algunas películas americanas.
18.- Fuimos a ver el Millenium Park y nos hicimos fotos en Cloud Gate, más conocida como la habichuela por su forma. Es una obra escultórica muy característica y que atrae a muchos turistas. Casi no podíamos ni hacernos fotos.
19.- También vimos la Crown Fountain, una fuente donde se proyectan caras de los habitantes de Chicago y que ha sido diseñada por un español. Por suerte no echaba agua, la que se podría haber liado.
20.- A fuerza de ver los carteles clavados en los jardines de los vecinos, nos aprendimos los nombres de los candidatos a la alcaldía de Chicago.


21.- Contemplamos Chicago con nieve.
22.- Paseamos bajo la lluvia y también nos empapamos. Allí no llueve, diluvia.
23.- Vimos una forma genial de llevar a los niños al cole los días de lluvia.
24.- También paseamos bajo el sol.
25.- Fuimos a ver los autobuses escolares a la salida del colegio. Igualitos que en las películas.
26.- Visitamos la biblioteca Harold Washington. Impresionantes sus nueve plantas.
27.- También fuimos a la biblioteca del barrio y nos perdimos buscándola. Menos mal que Chicago es prácticamente una cuadrícula y la gente es tan maja que te buscan la dirección con su móvil.
28.- Y por supuesto, contemplamos escaparates en la Magnificient Mile. Lo que se dice comprar no lo hicimos, menudos precios.
29.- Caminamos por una de las calles más largas del mundo, la Western Avenue, con 37 kilómetros. Nosotros no anduvimos tanto.
30.- Como no podía faltar, hicimos compras en Michaels Arts and Crafts, una tienda que no se pueden perder los amantes de las manualidades.
31.- Recorrimos el campus de la Universidad de Chicago, con su propia policía y todo.


32.- Estuvimos en el punto donde se inicia la famosa ruta 66.
33.- Nos entró dolor de nuca al contemplar desde abajo la Torre Willis, el segundo edificio más alto de los Estados Unidos, después del World Trade Center de Nueva York. No subimos porque había que pagar por pasar miedo en un balcón transparente colgado en el vacío.
34.- A la torre John Hancock sí que subimos. Es gratis si vas al bar. Pero ya se encargan de cobrártelo cuando pides un café.
35.- Contemplamos las vistas más alucinantes de Chicago desde el baño de mujeres de la torre John Hancock
36.- Aprovechamos par ir al Lincoln Park Zoo, un zoologico que es gratuito. Y nos hicimos muchas fotos con los flamencos.
37.- Fuimos al Field Museum a ver el esqueleto de tiranosaurio rex más completo del mundo. Resultó ser una chica y llamarse Sue.
38.- Visitamos la Union Station, la gran estación de trenes, y en lugar de los bancos típicos de las películas, nos encontramos con el Delorean de "Regreso al Futuro".
39.- Nos hicimos fotos en el Wrigley Field, el estadio de los Chicago Cubs, uno de los equipos de beisbol de Chicago.
40.- Nos emocionamos al entrar en el United Center para ver un partido de los Chicago Bulls.
41.- Y más emoción al asistir a una misa gospel.
42.- Disfrutamos de jazz del bueno en el Green Mill.



43.- Cogimos periódicos en los dispensadores de gratuitos de periódicos.
44.- Descubrimos que los coches en Estados Unidos están hechos polvo y que la cinta americana se usa mucho.
45.- Los niños echaron una partida de bolos en una bolera enorme.
46.- Y se volvieron locos en el Chuck E. Cheese´s. Un centro de perdición para los niños y sus padres.
47.- También se divirtieron en los bonitos parques públicos que tiene la ciudad y que están especialmente pensados para que los niños y mayores se lo pasen bien.
48.- Por no decir cómo se lo pasaron, y qué mojados salieron de los experimentos acuáticos, en el Museo del niño.
49.- Nos sorprendimos con el tamaño de las botellas de leche. La medida era de un galón, que equivale a más de 3 litros de leche.
50.- Gastamos unos cuantos dólares, pero qué bien aprovechados, compramos recuerdos baratos y que nos están siendo muy útiles.
51.- Y por último y más importante, disfrutamos con la  parte de la familia que ahora vive allí. Sin ellos, este viaje nunca hubiese sido igual. Os queremos y os esperamos pronto de vuelta. O mejor no, quedaos ahí y ya volvemos a visitaros. ;)


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